Iglesia de San Agustín

Los orígenes de la iglesia parecen ser vinculadas al pasaje de Anghiari por Thomas Becket (1115-1170), canciller de Enrique II de Inglaterra y arzobispo de Canterbury. Obtuvo en 1164 de Rolando di Montedoglio, Abad de San Bartolomeo, los carboneros del Castillo que estaban fuera de las murallas, donde los Spedalieri di S. Antonio Abate, sus compañeros, construyeron celdas y un oratorio dedicado a S. Antonio. En el siglo XIII la comunidad pasó a la regla de San Agustín y poco después, sobre el oratorio, se construyó una iglesia dedicada al santo. Tras el colapso del campanario, el edificio se amplió en 1464 después de la conquista florentina, cuando todo el vecindario circundante también fue objeto de una gran intervención constructiva que definió las características urbanas mantenidas hasta el día de hoy. La iglesia ha sido recientemente restaurada.