Rocca Pulga y Museo Cívico

Fortaleza construida alrededor del siglo X y luego incluida en los dominios del Ducado de Spoleto en 1177 por Federico Barbarossa, es uno de los ejemplos más significativos de arquitectura militar medieval en Umbría. Fue restaurada y ampliada por Federico II de Suabia en 1242. Debido a su importancia estratégica entre los Estados Pontificios y el ducado de Urbino siempre fue disputada por los papas y emperadores y utilizada por varias tropas mercenarias que pasaban a lo largo de la Via Flaminia.

En 1416 Ceccolino Michelotti que venía de Campania, reunió ahí un ejército de 2000 caballeros para enfrentarse con Braccio Fortebraccio de Perugia. En 1442-1443 Federico da Montefeltro, duque de Urbino, acampó con su ejército en la Rocca durante todo el invierno. En 1517 Gualdo sufrió el violento ataque de las tropas mercenarias del duque de Urbino Francesco Maria della Rovere, que intentaron asaltar y destruir la Rocca Flea, pero sin éxito. Durante el siglo XVI perdió su función defensiva y se convirtió en 1513-87 en residencia de los cardenales de la legación papal y luego, desde 1587 hasta 1798, la residencia de los comisarios apostólicos enviados desde Roma.

Fue vendida al obispo de Nocera Umbra quien construyó allí una prisión femenina. En el período de la Unificación de Italia, sin embargo, era una prisión masculina y permaneció así hasta 1985.

Después de una larga restauración que destacó frescos de diferentes épocas, mobiliario y estructura original fue inaugurado como sede del Museo Cívico en 1999 con tres secciones: una colección arqueológica con hallazgos de época romana y prerromana, una galería de arte con obras de los siglos de XV a XVII y una colección de cerámicas artísticas "lustrosas" típicas de Gualdo Tadino. La sección arqueológica contiene hallazgos interesantes del sitio romano de Tadinum y especialmente de las excavaciones de la localidad de Umbria de “Colle I Mori", habitado desde el octavo hasta el tercer siglo antes de Cristo, y de la necrópolis de Cartiere y San Facondino. Desempeña un papel muy importante la piedra terminal con la inscripción en el lenguaje de Umbria que, aunque fragmentaria, es un testimonio de primer orden, ya que muestra el nombre Tarsina, la denominación de la población que ocupaba la cima de Colle I Mori.