Ermita de Santo Marzio

La Ermita de Santo Marzio fue construida alrededor de 1219, en el valle de la montaña homónima, por los primeros franciscanos Gualdesi. El lugar, hecho famoso por la presencia de San Francisco alrededor de 1224, terminó en ruinas a principios del siglo XVII. Fue resucitado a principios de los años 40 del siglo pasado, gracias a Salvatore Salerno, quien lo reconstruyó sobre los cimientos de las antiguas ruinas despobladas por los restos de la montaña. En la Edad Media era un lugar acogedor de penitencia, santificado por la presencia de ermitaños, entre ellos el santo del mismo nombre. La Ermita ha sido recientemente restaurada. Junto a la pequeña iglesia hay una plaza equipada para convertirla en un tranquilo lugar de descanso, que invita a parar a pequeños grupos y familias.