Pieve Santo Stefano

Historias de luzes y torneos de fútbol sin interrupciones en traje de época. Tierra amada por los etruscos y romanos, Pieve Santo Stefano es la primera cuenca diseñada por el río Tíber, que nace unos pocos kilómetros más al norte.

Antiguo centro de recogida y transporte de la madera, llamado Suppetia, o "proveedor", ya que de estos bosques partían los troncos de madera para ser transportados a Roma donde se convertían en robustos barcos, casas y templos paganos.

Sus orígenes se remontan al Neolítico, pero se han encontrado restos de asentamientos de la Edad del Bronce. Sin embargo, el primer documento escrito llegó en el año 723 cuando el área estaba incluida en el corredor bizantino, que en aquella época cortaba en dos Italia contectando Rávena con Roma. A la conquista del valle del Tíber por los lombardos, bajo el rey Liutprando, sigue el avance de los Francos de Carlo Magno, que llevan los preceptos del cristianismo.

A una creencia popular de algunos siglos atrás se remonta su fiesta más conocida, dedicada a Nuestra Señora de la Ilustración, que se venera en la iglesia con el mismo nombre. Un maravilloso ritual que se repite cada año, en homenaje a la Virgen, enciende el pueblo de linternas, llenando las calles con antorchas y iluminando el lecho del río con enormes montones de escobas en fuego. Una fiesta de luz conectada con el Palio dei Lumi, el torneo de fútbol histórico con el reto entre los equipos que representan distritos del pueblo (Centro del Pueblo, Puente Nuevo, Puente Viejo y Rialto).

Borgo amado por Lorenzo el Magnífico, que llevó ahí los más famosos maestros del arte del Renacimiento, Pieve Santo Stefano en los últimos años fue el templo de las obras maestras de los Della Robbia, de Piero della Francesca y de Ghirlandaio. Un patrimonio que se ha perdido, abrumado por la fuerza de las aguas durante la terrible inundación de 1855. La misma suerte amarga sufrieron los antiguos edificios del casco antiguo, con la excepción del Palacio Pretorio y del Ayuntamiento, destruidos por las minas colocadas por las tropas alemanas en retirada y por un fuerte terremoto en 1944.

En el interior del municipio sólo sobrevivió una terracota vidriada, hecha por Girolamo y Luca della Robbia, que representa la samaritana.

Ciudad del Diario es el nombre con el que se conoce la ciudad, ya que conserva como Archivo Nacional de Diario, basado en una idea del periodista y escritor Saverio Tutino, testimonios de vida de las personas, expresados en cuadernos de guerra, diarios secretos , historias de los migrantes. Emocionante es la hoja en la que una campesina reportó la historia de su vida de amor con su marido, después de su muerte.

De su pasado secular se conservan la iglesia de Nuestra Señora de la Ilustración, construida a finales del siglo XVI y principios del siguiente, con una cruz griega, la cúpula con frescos de Luigi Ademollo y pinturas del siglo XVII de la escuela florentina, y la Colegiata de San Esteban, con la cruz latina, con la Asunción y los Santos de terracota vidriada de Andrea della Robbia.

Los amantes de la naturaleza apreciarán los caminos en el campo. Con la posibilidad de montar en bicicleta o cambiando de tema, participar en acontecimientos históricos como la Cronoscalata dello Spino, válida para el campeonato italiano de velocidad en subida de los coches de época.