Conjunto monumental de Montefiorentino

Se remonta por tradición a su fundador San Francesco (1213). Una bula papal de 1248 concede indulgencias a los fieles, que contribuyen a su restauración. Uno de los monasterios más grandes de la región Marche, con interiores espaciosos y más de 10 hectáreas de terreno, se utiliza como parque y zona deportiva. Su estructura, situada en una loma maravillosa y encantadora, rodeado de verde, ha sido sometida a lo largo de los siglos a renovaciones y ampliaciones, especialmente en el siglio XVII. Pertenece a la Iglesia de Montefiorentino el Retablo de Alvise Vivarini (1475), ahora exhibido en la Galería Nacional de arte en Urbino. La Capilla de los Condes Oliva, construida en 1484, por encargo del conde Carlo Oliva, es la obra más importante del municipio de Frontino, destino obligado para los amantes del arte y es atribuida a Francesco De Simone Ferrucci de Fiesole. Al entrar en la iglesia, aparece a la derecha una luz tenue y llama la atención por el lenguaje refinado y riguroso que recupera el gusto de los artistas toscanos. Obra de gran pureza renacentista por sus líneas arquitectónicas, por los sarcófagos de mármol finamente tallados. Hermosos dos reclinatorios incrustados, realizados por el Maestro Zocchino (1493), que recuerdan el estudio del duque de Urbino. El Retablo del altar, una de las obras más exitosas de Giovanni Santi, el padre de Rafael, representa la Virgen con el Niño y los Santos Jorge, Francisco, Antonio Abad y Jerome (1489). También se encuentran un fresco de San Antonio Abate, que se atribuye a Evangelista da Piandimeleto, y un antiguo órgano, un coro en madera de nogal del siglo XVII y otras pinturas más pequeñas. La planta baja del Convento encierra el Claustro y se estructura en varias salas con bóvedas redondas o bóvedas cruzadas. En el convento también hay una colección de varias pinturas y antiguos textos graduales y antifonarios impresos.