Ermita de Montecasale

Según las primeras fuentes disponibles, el convento fue construido en 1192 por los Camaldulenses para dar hospitalidad a los peregrinos que desde el Alpe della Luna se dirigían hacia le Marche. A partir de 1213 fue regalado a San Francisco y desde ese momento se convirtió en uno de los principales puntos de referencia de la espiritualidad franciscana. El área, de hecho, se encuentra justo a lo largo del camino que Francesco viajó para ir a la Verna. Según la tradición, es también un lugar donde San Francisco realizó numerosos eventos milagrosos. Hoy está habitada por frailes capuchinos y es un destino para turistas y peregrinos. El Sasso Spicco, todavía presente, es una gran roca donde Francisco, según los testimonios, iba a orar. El hecho de que está totalmente en medio de vegetación y rodeado de bosques, hace que la ermita de Montecasale sea única y hermosa desde un punto de vista puramente naturalista, además de tener un fuerte y amplio sentido de la espiritualidad.