Valfabbrica

Desafíos entre los caballeros y los caminos de la paz. Combates espectaculares, todavía hoy siguen luchando en el escenario de las poderosas murallas del siglo XIII durante el Palio, e itinerarios inmersos en una naturaleza aislada, donde muchas veces San Francisco solía parar en compañía de los monjes.

Un pequeño centro de origen medieval, se desarrolla en las laderas del Monte delle Croci, en la orilla del río Chiascio. Cruce de peregrinaciones y caminos de la fe, pero también de itinerarios de naturaleza y culturales que siguen los pasos de los monjes y viajeros que una vez se movían a lo largo del camino entre Asís y Gubbio, hoy parte de la famosa Via Francigena.

La antigua abadía es documentada en el año 820, pero la historia del pueblo comienza a mediados del siglo XII cuando se construyeron las murallas y las torres de defensa, cuyos restos se conservan en algunas partes de la ciudad vieja. La lucha por la posesión del territorio entre los pueblos vecinos de Asís, Gubbio y Perugia marcará las crónicas. Sólo en 1814, después del período napoleónico, a Valfabbrica se ha unido al territorio del pueblo de Casacastalda, cuyos orígenes se remontan a la dominación de los Umbros.

El casco antiguo se desarrolla a lo largo del plan urbano del antiguo castillo medieval, llamado Pedicino, que todavía tiene una impresionante torre y los muros perimetrales del 1200, renovados a finales de 1600. En el interior, destaca por su calidad arquitectónica y los tesoros de arte la iglesia de San Sebastián, después convertida en oratorio, que conserva altares barrocos y pinturas del siglo XVII (como la Sagrada Familia de Benedetto Bandiera y una Inmaculada entre los santos de la escuela de Martelli). Fuera de las murallas, en cambio, se encuentra la iglesia de la Madonna di Foce, llevada a cabo entre 1634 y 1636, con la fachada decorada con un gran rosetón en terracota y en el interior una Madonna con el Niño y los Ángeles por encima del altar. En Casa Castalda, punto panorámico situado entre el valle de Chiascio y el Val di Rasina, se encuentra el castillo de Giomici con la forma especial de "diamante".

Las rutas en el valle abrazan edificios de culto moderno, como la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción, y lugares de gran encanto como los antiguos templos religiosos en el verde, entre todos la abadía benedictina de Santa María de la Asunción, famosa por el único fresco de la escuela de Cimabue en Umbría y otros tesoros artísticos datados 1300.

Hay muchos paseos que se pueden conceder en las colinas verdes, perdiéndose en las aldeas cercanas de Coccorano, Colle Mincio, Giomici, Monte Verde y Poggio Morico, en busca de arte y espiritualidad, pero también de naturaleza y especialidades culinarias. Se dice que las habiles amas de casa de Valfabbrica sean capaces de preparar al menos diez platos de espaguetis, todos ellos realizados durante el festival de mediados de agosto, mientras que en el periodo de julio, es famoso el festival del pescado de mar, comprado fresco por los pescadores del Adriático.