Sigillo

La poesía del extremo y las piedras rosadas que cruzan el tiempo. El pequeño centro de origen medieval se coloca a los pies del Monte Cucco, en un llaura inmersa en el verde en la que uno experimenta la emoción del vuelo con ala delta. El territorio conserva el alma vibrante que late por el deporte y la integración.

El entorno natural, la verdadera riqueza de Sigillo, hace que sea un destino ideal para los amantes del senderismo y el ciclismo, practicado a lo largo de senderos de gran belleza, o barranquismo que encuentra pasajes y emocionantes descensos en la garganta de Rio Freddo, entre rocas sedimentarias antiguas talladas por las aguas muy frías. Cuna de las carreras de vuelo que explotan las masas de aire ascendente, de los campeonatos italianos de ala delta y el encuentro internacional dedicado a los planeadores de radio control sin motor. La zona es también conocida por ser la primera en Europa en organizar una noche blanca dedicada exclusivamente a los deportes paralímpicos. El evento tiene lugar el último sábado de agosto e incluye actuaciones de voleibol, baile en una silla de ruedas, la agilidad del perro para discapacitados, tiro con arco para ciegos, escalada y tiro electrónica.

Los orígenes de Sigillo son muy antiguas. Su historia tiene raíces en los eventos del antiguo pueblo de Umbria que vivía en el centro de Italia, incluso antes de la llegada de los etruscos y de los sunitas. Durante la dominación romana es municipium por su posición estratégica a lo largo de la carretera consulrar Flaminia. Testigo del choque épico entre los longobardos de Totitla y los bizantinos de Narsete, desaparece en el torbellino de las invasiones bárbaras. Habiéndose convertido en un castillo en la Edad Media fue el centro de las luchas de poder entre los municipios, ducados y señoríos y fue sometido a dominaciones, saqueos, destrucciones y reconstrucciones. El tejido urbano conserva su trazado medieval con la plaza en el centro, hecha de losas de piedra rosa de Asís y composiciones geométricas en travertino. Alrededor grupos de casas de piedra color rosado y en ell fondo el ayuntamiento del siglo XII, con su campanario.

La vitalidad artística se manifiesta en los grandes edificios religiosos como la iglesia de San Andrés en estilo neo-renacentista, construida sobre los restos de una antigua iglesia, la iglesia de San Agustín, construida entre 1788 y 1791 por el arquitecto suizo Giacomo Cantoni a partir de la antigua planta de Santa Caterina (de la que sólo queda la cripta medieval) y la iglesia de Santa Ana, construida hacia la mitad del siglo XV a lo largo de la vía Flaminia. No muy lejos del pueblo se encuentra la iglesia de Santa María de la Asunción (siglo XIII) en la que se conservan las pinturas de Matteo da Gualdo. De la época romana es en cambio el puente Spiano, una obra maestra arquitectónica que cruza el arroyo Fonturci, en las afueras del Sigillo, hecho construir por el emperador Augusto.

Entre los productos alimenticios en la Provincia cabe destacar valiosas cualidades de la carne que se puede cocinar durante las fiestas, como el Focaraccio, una hoguera para conmemorar el paso de la sagrada imagen de la Madonna llevada por los cruzados en viaje hacia Loreto. Pero los festivales permiten también disfrutar de otros productos, como las valiosas trufas y la pasta hecha a mano.