Santa Sofia

Una puerta en el tiempo. Lugar donde la Toscana y la Romagna se unen a lo largo de las orillas del río Bidente, van de la mano entre las calles tachonadas de edificios antiguos y pequeños templos donde reina el arte contemporáneo, la antigüedad, la consolidación de las relaciones de amistad y finalmente se separan en dos centros separados en el pasado de Santa Sofía y Mortano, situados respectivamente, en las orillas izquierda y derecha del río.

Santa Sofia nació en las verdes colinas de los Apeninos, en medio del Parque de los Bosques Casentino. Una antigua tierra de frontera hoy reconocido como "ciudad de la buena vida" por la calidad de sus productos alimenticios, la vitalidad artística y la búsqueda de un estilo de vida armonioso y compatible. Su lentitud y la amabilidad de su gente hacen que sea uno de los polos del circuito "ciudad lenta".

Habitada desde tiempos prehistóricos, como lo demuestran los hallazgos de la época neolítica, enlaza su historia al río Bidente que divide en dos la ciudad y la convirtie en dos centros distintos, uno colocado bajo la influencia de los Estados Pontificios y el otro del Gran Ducado de Toscana hasta la reunificación en 1923.

La huella de la dominación de los Medici se respira a lo largo del perímetro de la plaza principal, la Piazza Matteotti, con vistas al lecho del Bidente. Los edificios de los siglo XVI y XVII, todos reconstruidos después del terremoto de 1918, contribuyen al nombre de "Pequeña Florencia": destacamos la torre cívica, el ayuntamiento (ex Crisolini Malatesta), el oratorio de la Santa Cruz (o del Gonfalone), encargado por la familia Giorni, y el Palazzo Giorgi, con la fachada de la fin de la época barroca y el jardín trasero, que ha sido convertido en un parque público, construido por la familia Mortani y ahora es la sede de un banco.

El eco de los desastres naturales que han hecho inestable y provisional el territorio, se refleja en el lienzo conservado en la iglesia parroquial de Santa Lucía, pintado por un pintor anónimo de 1600, que documenta los cambios profundos en la plaza principal como resultado de eventos sísmicos . La parte opuesta del territorio que se desarrolla a la derecha de Bidente es un pequeño cofre de tesoros artísticos contemporáneos.

En Via Roma se encuentra la galería de arte contemporáneo "Vero Stoppioni", con una colección permanente de los movimientos de las varias tendencias y obras recogidas a partir de mediados del siglo XX hasta la actualidad y durante las diferentes ediciones del evento de la prestigiosa exposición de arte Premio Campigna. Cabe destacar Mistura, impresionante obra de técnica mixta de Mattia Moreni, y otras obras como la serie de autorretratos. El parque fluvial con esculturas al aire libre, conectado al túnel, recoge en diferentes puntos de la ciudad instalaciones ambientales de artistas de renombre mundial tales como los cónyuges Poirer, creando una combinación única enre arte y medio ambiente natural y urbano.

Además de los tesoros artísticos Santa Sofía es rica en belleza natural: el bosque de Campigna, por ejemplo, con sus abetos blancos y los senderos en el verde, reservan vistas maravillosas en cada temporada. Los que lleguen en el verano quedan seducidos por la exuberancia de eventos culturales, como el Festival de Músicos callejeros, un evento tradicional con artistas callejeros de todo el mundo.

En la mesa llama la atención el típico tortello "de la losa" relleno de calabaza y patatas, que las amas de casa de una vez colocaban en ásperas losas de piedra arenisca, hoy en día celebrado y en la famosa feria de mediados de octubre.

En los alrededores merece la pena visitar los pueblos medievales de Cornejo, antiguo bastión de los Condes Guidi, rico en instalaciones turísticas y tesoros arquitectónicos como la iglesia de San Pedro del siglo XII, San Paolo en Alpe, antigua aldea agrícola sacudida y abandonada, y por último Ridracoli con sus casas antiguas restauradas, la presa y el lago artificial detrás del bosque.