Montecopiolo

Alturas que huelen de mar. El castillo antiguo, en el valle superior del río Conca, dio a a luz el noble linaje de Montefeltro. Rodeada de secuencias de picos que siguen uno detrás otro en altura para abrirse en las estaciones de esquí de invierno, y finalmente degradan hacia el mar, Montecopiolo es un mosaico encajado en el parque natural del Sasso Simone y Simoncello.

Tiene orígenes antiguos, reforzados a principios del período medieval (siglo X). De acuerdo con la tradición de este antiguo castillo se originaron los duques de Urbino. Se remonta a 1140 la asignación de Montis Castrum Cupioli a Antonio Carpegna, considerado el fundador de la familia. El castillo perteneció siempre a los Montefeltro, fue el escenario de feroces enfrentamientos y batallas: en 1448 resistió a los ataques de Sigismondo Malatesta y en 1502, fue el refugio del Duque Guidobaldo durante la ocupación del ducado por Cesare Borgia.

Puesto bajo el asedio por las tropas de Giovanni dei Medici en 1522, sufrió daños, pero nunca fue destruido o abandonado. Sin embargo, en esos años inició el fenómeno de la despoblación lenta que culmina en el abandono total del castillo durante el siglo XVIII y con la repoblación de la zona de Villagrande, colocada más abajo a 925 metros sobre el nivel del mar.

En las zonas dedicadas en su área municipal se vive el punto de vista de las obras de Piero della Francesca.

Geográficamente, a pocos pasos del mar y del casco histórico de Urbino, San Leo y San Marino, cuyo perfil se puede contemplar desde los picos de las montañas, la ciudad de montaña es famosa por sus senderos naturales y por el montón de nieve en invierno.

Villagrande es ahora un destino turístico ideal para las vacaciones de verano e invierno. Cruzada por el río Conca y la corriente Mazzocco tiene un lago donde se puede pescar. El paisaje se caracteriza por la alternancia de crestas boscosas de Monte Montone, con su parque natural de hasta 1.108 metros de altura, de Palazzolo, de San Marcos y de Roccaccia. También incluye la cima del Monte Carpegna, el Monte de San Marcos y Montecopiolo, sede de la zona arqueológica del castillo.

El territorio se enriquece de varios remontes mecánicos, situados tanto en la ermita de Monte Carpegna y en la capital de Villagrande. La ermita aparece también en las rutas de turismo religioso, lugar de peregrinación y espiritualidad debido a la presencia del santuario de la Madonna del Faggio.

Una antigua leyenda franciscana cuenta que cuando San Francisco pasó cerca del lago Villagrande fue sorprendido por la belleza del paisaje y deseó fundar un monasterio. Sin embargo, desde que los hermanos ya estaban comprometidos con la construcción de Sant'Igne, el Santo se alejó y dejó a estos lugares una bendición especial: que nunca el terremoto les habría tocado y que podría disfrutar de brillo eterno.