Gubbio

Tierra de locos, pàtria de santos y beatos. Gubbio es un museo al aire libre: un encantador pueblo medieval de piedra cuyo corazón late con la historia, las tradiciones antiguas y los tesoros artísticos que han sobrevivido intacto al paso del tiempo. Ciudad de la abrumadora Corsa dei Ceri y tiro con ballesta, pero también de la trufa y de las muchas luces de Navidad que cada año decoran el árbol de Navidad más grande y mágico en el mundo, ubicado a los pies del Monte Ingino.

Gubbio es un centro de encanto atemporal, cuya estructura urbana de la era municipal y s obras maestras de arquitectura se han conservado a lo largo de los siglos, incrustados como gemas en un ambiente natural. Las habilidades consolidadas de los artesanos, que aún hoy en día, en las tiendas trabajan el material incandescente sobre el yunque, y la gran habilidad de las producciones artísticas y de fabricación son conocidas en el extranjero.

Su historia está estrechamente ligada a la de San Francisco, que alejndose de Asís encontró hospitalidad de la familia de Spadalonga. Se dice, de hecho, que cerca de la iglesia Vittorina tuvo lugar el encuentro con el feroz lobo de Gubbio que llegó a ser dócil después de la vsta del Santo.

Pero Gubbio es también una ciudad de locos, por definición, llamada así por el carácter impredecible de su habitantes, idealistas y soñadores fuertemente unidos a su tierra de origen. Es el único lugar en el mundo donde la locura está certificada oficialmente con una licencia especial emitida sólo después de completar tres vueltas alrededor de la fuente Bargello o Fontana dei Matti. En este rincón fascinantes leyendas e historias se suceden en casi todas las calles. En Corso Garibaldi, por ejemplo, bajo los pies de la estatua de San Ubaldo se puso un pequeño anillo de hierro que se dice ayuda a llevar a cabo los deseos de los visitantes.

Su corazón es la escénica y panorámica Piazza Grande, diseñada como una gran terraza con vistas al campo de Umbría, siempre lleno de turistas y músicos.

Arquitectónicamente cabe destacar por su gran impacto visual las murallas del siglo XIII, con sus seis puertas que conservan fragmentos de las decoraciones, los escudos de armas y algunos de los antiguos batientes de madera. Entre los monumentos valiosos hace falta mencionar el Palazzo dei Consoli (Palacio de los Consules) de estilo gotico - terminado alrededor de 1340, ahora alberga el museo de la ciudad, la "campana" y las siete "Tablas de Gubbio", el inacabado Palazzo del Podesta, el Palazzo Ducale y la iglesia de San Francesco, con frescos de Nelli. Fuera de las murallas antiguas se levanta el imponente teatro romano, que data del primer siglo a.C y done se celebran conciertos de música clásica durante el verano.

Casi en la cima del Monte Igino, que se puede alcanzar con un teleférico, se encuentra la Basílica de San Ubaldo. En el interior se conservan el cuerpo incorrupto del santo patrón de la ciudad y palos utilizados para la tradicional Corsa dei Ceri, extraordinaria expresión del patrimonio incomparabe del folklore medieval de esta parte de Italia, que atrae a miles de espectadores el 15 de mayo de cada año.