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Citerna

Solapas principales

Citerna

Tesoros excavados en la tierra. Una red de viejos graneros y cisternas subterráneas para recoger el agua de lluvia que contrapesan la Acrópolis encima de pueblo. Un núcleo impenetrable ocultado pora imponentes murallas medievales que encierran el centro histórico coronado por una torre redonda.

Citerna es agua, parte integral de un paisaje inmortalizado por maestros del Renacimiento. El pueblo se encuentra en una colina en la confluencia de los arroyos Cerfone y Sovara. Bandera de color naranja y un pueblo entre los más bellos de Italia, también conocido por su cerámica, conserva el eco de la dominación etrusca, romana y un camino apasionante camino a lo largo de las murallas medievales que se abre en impresionantes vistas del valle del Tíber. Llamada por los romanos Civitas Sobariae, sufrió repetidos saqueos, resurgió en el período de los longobardos y más tarde fue disputada entre los gibelinos de Arezzo y los güelfos de Città di Castello.

Dominio de los Malatesta y parte del Estado de la Iglesia (siglo XV), se convirtió en vicariato de Città di Castello Vitelli, familia de combatientes y patrones, amigos de los Medici que la regieron hasta el final de 1600 llenándola de tesoros de Donatello, Pomarancio, Signorelli y Raffaellino del Colle. Su fortaleza de origen longobardo (pero fue reconstruida en 1300) es la parte más antigua del castillo de antaño, casi completamente destruida por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. A los caídos de Citerna es dedicado al parque de la Memoria con la piedra conmemorativa.

Ciudad de estructura urbana particular dispuesta en dos niveles superpuestos: en el subsuelo se ha diseñado un complejo sistema de túneles, bóvedas y cisternas para la recogida de las aguas pluviales, con la Sala degli Ammassi (Sala de la Recoleción) bajo el edificio municipal ahora utilizado como recinto ferial. Arriba se encuentra el núcleo histórico con murallas que encierran entre dos puertas (Porta Fiorentina y Porta Romana) un camino medieval marcado por una rejilla de calles que convergen en la Torre Cívica del siglo XVI con el reloj de articulaciones mecánicas en madera. Hay también muchas iglesias con esculturas y obras de arte como la iglesia de San Francesco (San Francisco), llamada museo por la gran cantidad de obras celosamente guardadas: altares ricamente decorados, frescos, pinturas y esculturas entre las que destaca la Madonna con el Niño de terracota, creado por un joven Donatello, descubierta sólo desde hace pocos años.

El monasterio de Santa Isabel conserva Vesperbild, escultura alemna inspirado en una Piedad del siglo XIV, mientras que la iglesia de San Michele Arcangelo (Iglesia de San Miguel ASrcangel) tiene la Crucifixión de Pomarancio y la Madonna con el Niño de Luca della Robbia. Entre los edificios civiles se encuentra el pequeño y elegante Teatro Bontempelli, construido por la familia Vitelli en el siglo XVI, y el museo de arte contemporáneo.

En la carretera Francigena utilizada por los peregrinos, los caminos que se pueden cruzar a caballo, en bicicleta o a pie, se encuentran lugares de culto, como el monasterio de las monjas Benedictinas del Santissimo Crocefisso (la Santa Cruz), construido sobre el asentamiento franciscano más antiguo, Il Santuario di Santa Maria Petriolo (la Santa Capilla Maria di Petriolo) y la iglesia de Santa María en Pistino.

Especialidades gastronómicas como vin santo y ciaccia fritta se degustan durante los muchos eventos culturales y festivales que animan el pueblo en todas las épocas del año.

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