Casteldelci
Solapas principales
Casteldelci
Tierra de frontera de belleza intacta. Casteldelci sugiere un encuentro muy especial entre Romagna, Marche y Toscana.
En este cruce verde, el Appennino se encuentra orgulloso y exuberante, listo para satisfacer la vista y la mente. La atmósfera de este territorio potencia la pureza: al alejarse del pueblo, es posible llegar a las fuentes del Tíber, al pie del monte Fumaiolo. No muy lejos están las aguas del río Marecchia: el río fluye desde el Monte Zucca en el Alpe de la Luna y luego desceendr hacia el valle al que da el nombre.
Paraíso para excursionistas y amantes de la buena mesa, este territorio ofrece una densa red de caminos y senderos de mulas, accesibles a pie, a caballo o en bicicleta. A lo largo del camino, el paisaje encanta a los exploradores con su apariencia primordial. La naturaleza intacta ofrece un entorno ideal para la producción de quesos y embutidos de gusto generoso y un sabor, como la hospitalidad que distingue a los lugareños.
Inmerso en el auténtico corazón de los Apeninos, el pueblo conserva con elegante discreción los recuerdos de un pasado noble. La historia se respira en las calles del pueblo y en el interior de la céntrica Casa Museo Sandro Colarieti que alberga restos arqueológicos desde el Paleolítico hasta la Edad Media. Un viaje en el tiempo para revivir la existencia milenaria de estas tierras: desde los equipos de caza utilizados por el hombre primitivo hasta las cerámicas romanas, los objetos de bronce y las monedas de la Roma imperial.
La Edad Media, un período de esplendor para Casteldelci ha dejado huella en las rocas y los castillos que embellecen el pueblo. Como guardia de la aldea se encuentra la poderosa torre de Gattara, construida en un espolón rocoso a la entrada de la aldea. Inusualmente discreta es la torre del Monte, que plácidamente se camufla en la ciudad. De origen medieval es también el campanario, construido con función defensiva y luego convirtido en el campanario de la cercana iglesia de San Martino. Cabe destacarl Ponte Vecchio (Puente Viejo) por su encanto. Este antiguo viaducto, de un solo tramo, conecta el centro de la ciudad al paisaje natural circundante con los ríos, logrando con facilidad poética en una empresa tan ambiciosa como contemporánea: un diálogo entre el hombre y la naturaleza.
Tierra de belleza y silencio, sino también de obras seculares vigorosas. Casteldelci es el lugar de nacimiento del valiente comandante Uguccione dei signori Faggiola, los nobles que dominaban la ciudad desde el siglo XIII al XIV. Uguccione, defensor de los gibelinos, era un amigo de Dante Alighieri y lo acogió en su castillo en Casteldelci, durante el viaje del poeta Supremo, exiliado de Florencia, hacia Ravenna.