Rocca San Casciano

Caminos de tierra y de agua. Ciudad de las mil almas y un sinnúmero de posibilidades que se ven, se estudian y luego compiten en las noches mágicas de la fiesta de los falò (fuegos). Panoramas que se abren hacia el valle del río Montone y paisajes que estallan en colores y perfumes, en una sucesión de caminos y espacios organizados que convergen en el centro de una plaza triangular de pendiente suave.

Los orígenes de Rocca San Casciano se remontan a la Edad Media, cuando la antigua ciudad era identificada con Pieve di San Casciano Casatico, el antiguo nombre del río Montone. La historia la asocia con los dominios de los condes De' Calboli, colocada durante mucho tiempo bajo el dominio del obispo de Forlimpopoli. Desde 1381 se une su suerte a la de Florencia, antes de ser parte de la Provincia de Forlì en 1923.

La posición de bisagra entre Valdarno y Romagna la convierte en un importante centro administrativo y judicial, hasta el punto de ser la última capital de la Toscana-Romagna. Dañada o desgastada varias veces por violentos terremotos que han destruido los símbolos de su pasado, como la fortaleza medieval de quince metros llamada "Castellaccio" que se encuentra en la parte superior del pueblo, ahora reducida a un montón de escombros, Rocca San Casciano conservas sin embargo el viejo puente de dos arcos de 1600, el único que ha soportado los desastres e inundaciones del río Montone.

Rodeada de kilómetros de senderos que serpentean a las puertas del Parque Nacional de los Bosques de Casentino entre escenas de las cordilleras que se abren dejando ver el mar. Sugestivos caminos de cruzar en canoa, subiendo el río, o caminar con raquetas de nieve o botas de montaña, armados con mochila y botella de agua, o incluso en bicicleta de montaña o a caballo.

Rocca San Casciano es la ciudad de los rituales propiciatorios que antaño marcaban la transición de invierno a primavera y hoy vuelven de nuevo en el alma verdadera, popular y folclórica de las fiestas populares. El majestuoso pajar de "espinas", como los habitantes llaman los montículos de escobas colocados a lo largo de la orilla del río Montone, durante la característica fiesta de los falò (hoguera), lo que supone la repetición de la vieja rivalidad de los barrios de Borgo (pueblo) y de Mercado que de costumbre compiten en el fuego más alto y de mayor duración. Una competición que continúa con fuegos artificiales, desfiles de carrozas y bailes en la plaza hasta altas horas de la noche.

Insertada en la comunidad de montaña de Acquacheta, que incluye los municipios de los valles de Montone y cerca de Tramazzo, el antiguo casco histórico de Rocca San Casciano se extiende alrededor de la plaza de 1200 de original forma triangular, pavimentada en terracota toscana y rodeada de arcadas.

En este núcleo central se asoman el Palacio Pretoriano de 1350, la torre cívica del reloj de 1500 y la iglesia del Sufragio que abarca los tesoros artísticos de la abadía de San Donnino (un bajorrelieve de piedra que representa a San Donnino y Ellero y el redondo en erracota vidriada de escuela de Della Robbia del siglo XV). A pocos pasos se encuentra la iglesia de Santa María de las Lágrimas, llamada así en honor del antiguo milagro de las lágrimas de la estatua de la Madonna con el niño, que ocurrió de acuerdo con la tradición religiosa el 17 de enero de 1523.

En una colina lejos de la ciudad se encuentra en cambio la abadía de San Donnino en Soglio, antiguo monasterio benedictino de 1100 que tiene en la entrada exterior bajorrelieves de época románica que representan los cuatro evangelistas.