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Bertinoro

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Bertinoro

Vino y viñedos de la edad de hierro que son de color oro. En el corazón de Romagna, en las laderas de dos colinas, aparece la ciudadela medieval de Bertinoro, que hizo de su una tradición de mil años de hospitalidad más valiosa. Llamada " Balcón di Romagna" por su plaza en la cima de los Apeninos, que permite echar un vistazo al mar Adriático entre uss rocas, calles empedradas, muros, torres y casas antiguas.

El arte y la historia han dado forma a la trama urbana y al carácter de la población, dejando una huella en los dos tesoros símbolos del pueblo: el castillo antecedente al año mil y la columna de la Anella. Desde el pico del monte Cesubeo, a la altura de la parte antigua de la ciudad, se destaca la fortaleza que hoy en día alberga la universidad residencial de la Alma Mater Studiorum de Bolonia y del Museo interreligioso.

Aquí fue en 1177 la sede del emperador Federico Barbarossa con su corte y sus milicias, posteriormente fue adaptada a lugar de residencia del obispo y hoy es punto de encuentro y síntesis entre las tres grandes religiones monoteístas del cristianismo, el judaísmo y el Islam.

En Plaza de la Libertad se encuentra la columna de los doce anillos, construida en el siglo XII, el emblema de la costumbre espontánea de las familias del pueblo de abrir sus hogares a los viajeros, ofreciéndoles hospitalidad.

Dicen que, de hecho, que cada anillo correspondía en pasado a las 12 familias del pueblo: el desconocido, una vez que llegaba a la plaza principal, ataba el caballo y ya sabía adónde ir para encontrar refugio. Una genuina tradición que se recuerda también hoy en día el primer domingo de septiembre, en la que se llama fiesta de la hospitalidad de Bertinoro.

De origen muy antiguo, comprobado desde la Edad de Hierro, la zona está rodeada de viñedos y olivares, que en otoño asumen los reflejos de oro. Conocidos desde la época romana hoy dan los típicos tonos dorados al Albana, su típico vino junto con el Sangiovese, y al aceite de oliva virgen extra producidos en estos lugares.

Según una leyenda que se remonta a los tiempos del emperador Teodosio, a su hija Gala Placidia, que pasaba en estos lugares, le ofrecieron una copa humilde de vino. De ahí la famosa frase: "No eres digno de una copa tan cruda, o vino, sino mereces ser bebido (traducción en italiano es Berti) en una copa de oro", que parece haber dado el nombre a la ciudad.

La estructura urbana de Bertinoro conserva su trazado medieval, en un principio alrededor de la fortaleza y más tarde alrededor del Palacio de la Ordelaffi, construido a principios del siglo XIV por voluntad de Pino Ordelaffi y ahora sede del ayuntamiento de la ciudad.

Entre los restos de las antiguas murallas, puertas y torres se encuentran el complejo de la Catedral (antiguo oratorio de Santa Caterina d’Alessandria -Santa Catalina de Alejandría-, patrona de la ciudad) y la torre de la ciudad, faro de la ciudad hasta 1500.

Cerca de la segunda colina, Monte Maggio, se encuentra la iglesia de San Donato in Polenta, hecha famosa por una poesía de Giosuè Carducci, que conmemora la hospitalidad de Guido da Polenta hacia Dante Alighieri. Dante mismo menciona "Brettinoro” o sea la Bertinoro de hoy y Castrocaro (Fc) en rimas de "la mujer y caballero, las preocupaciones y los lujos" (Purgatorio XIV) en la historia de una trágica historia de amor y matrimonios combinados.

No muy lejos el santuario de Nuestra Señora del Lago, los baños termales y el parque Fratta, lugar famoso por los siete diferentes tipos de aguas termales que fluyen de once fuentes.

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