Monte Santa Maria Tiberina

Pueblo auténtico. Escenarios de rara belleza, casas de piedra y campanarios que suben hacia arriba. Hasta llegar al castillo, que se eleva con su imponente torre en una posición dominante en una colina del Valle del Tíber.

Los orígenes de Monte Santa María Tiberina se remontan a la época etrusca, pero el pueblo fue poblado incluso en época romana y ahora es apreciado entre los visitantes por su turismo comunitario. Desde el siglo XI fue feudo de los Marqueses Bourbon del Monte, descendientes de los Marqueses del Colle que llegaron en Italia siguiendo los francos y conquistaron una gran parte del valle, dispersando fortalezas y castillos en puntos estratégicos. El territorio del Marqués fue gobernado por los descendientes de la familia Borbón hasta 1815, cuando el duque de Ferdinando de Toscana interrumpió el gobierno milenario. Más tarde se unió al Reino de Italia.

El casco antiguo de Monte Santa María Tiberina mantiene las características arquitectónicas de la ciudad medieval con su castillo del siglo XVI, la iglesia construida en el año 1000 con la fuente bautismal de piedra y la iglesia parroquial de Santa María del año 1500, con el campanario esbelta y la cripta tumba de la familia Borbón del Monte, el portal coronado por un tímpano y la planta a cruz latina. En el interior hay tres sarcófagos de la época pre-romana, una pila bautismal de los siglos XV y XVI y la capilla de los Marqueses con la puerta de hierro forjado del siglo XVI.

Fuera de los muros antiguos destaca Lippiano, una aldea encaramada en una colina que bordea Monterchi, donde se puede admirar el castillo y la abadía con la torre Marzana. La llanura San Agustín es conocida porque antaño se llevaban a cabo los duelos entre caballeros.

El trazado urbano medieval y la posición panorámica en el valle la convierten en un destino preferido por los turistas. Desde los puntos de vista que se abren hacia las colinas de Umbria y Toscana, desde el alto valle del Tíber al Vadichiana, en los antiguos caminos de los Etruscos y en las áreas cubiertas por bosques de castaños, en días sin bruma se puede ver los Alpes Apuanos y, aún más, hsta el perfil del Gran Sasso d'Abruzzo.

En los últimos años, Monte Santa María Tiberina es también conocido por la difusión de la oferta turística integrada basada en los conceptos de experiencia, sostenibilidad y responsabilidad. Los días aquí corren sencillos, lejos del ajetreo de la ciudad, reflejando una calidad de vida rara que4 es difícil encontrar en otros lugares. Los visitantes llegan sobre todo en los períodos de las ferias. Como en mayo, durante la procesión de la Ascensión, cuando la llave de la ciudad al brazo de la Madonna se entrega simbólicamente al alcalde. O durante la Feria del rosticcino, organizada en el paraje de Gioiello, o incluso en los días de la Feria de Otoño, cuando los protagonistas son los productos genuinos del bosque, como las trufas, setas y castañas.