Frontino

Guijarros de río que diseñan carreteras, torres y muros del castillo. Una joya pintada de color verde brillante. Frontino es el pueblo más pequeño de la provincia de Pesaro y Urbino y una de los más bonitos de Italia, galardonado con la bandera naranja del Touring Club Italiano gracias a su oferta de excelencia y a la hospitalidad de calidad.

Considerado el "centinela avanzado de Montefeltro" se encuentra en una posición panorámica: apretado en un pintoresco afloramiento de roca, frente al Monte Carpegna, un guiño al verde valle del río Mutino que responde con lascolinas y crestas inmersas en el Parque Natural del Sasso Simone y Simoncelli y en el área de Pian de Prati.

Antiguo castillo de frontera objeto de larga disputa entre los Malatesta de Rimini y los Montefeltro de Urbino, conserva la torre y las fuertes murallas, memoria y el legado de las épicas batallas medievales. En el interior se encuentra el Palazzo Malatesta, en cuyos sótanos serpentea una ruta subterránea que una vez llevaba al molino fuera de los muros. Protegido por una torre de vigilancia y defensa, el molino (llamado el Ponte Vecchio) garantizaba el suministro de pan y harina para el castillo durante los asedios, mientras que en la actualidad ha sido restaurado y alberga el Museo dle pan y un lugar donde se puede probar y comprar productos típicos locales.

En el corazón de Frontino los tesoros religiosos del pasado se sobreponen a esculturas modernas perfectamente integradas en el territorio. La iglesia de los Santos Pietro e Paolo (Pedro y Pablo) conserva la pintura de la escuela barroca la "Virgen con el Niño", mientras que no muy lejos destaca la fuente de agua de Franco Assetto. El famoso escultor de Torino, pionero del arte pop e inspirador del movimiento de arte ensembliste barroco, donó sus obras a numerosos locales, obras que se exhiben hoy en el museo que lleva su nombre.

Fuera del casco antiguo hay rastros de la alternancia entre esplendor medieval y edificios religiosos austeros. Como por ejemplo la Ermita de San Girolamo del siglo XV, en el oeste, rodeado de un espeso bosque, el monasterio franciscano de Montefiorentino ejemplo notable de arte del pueblo. Según la tradición fue fundado por San Francisco en 1213 y es uno de los monasterios más grandes de la región Marche. El complejo incluye un pequeño claustro y conserva la capilla de los cuentos Oliva, construida en 1484, una verdadera obra de arte renacentista atribuida a Francesco De Simone Ferrucci de Fiesole. Aquí también se conservan el espléndido retablo con marco tallado de Giovanni Santi, el padre de Rafael, y un fresco atribuido a Evangelista da Piandimeleto

El convento de Montefiorentino es hoy en día el escenario del premio literario nacional "Frontino-Montefeltro" prestigioso premio otorgado anualmente a los principales escritores de Marche por un jurado de expertos cualificados presidido en pasado por Carlo Bo. Entre los eventos importantes que animan Frontino a lo largo del año destacan el festival internacional de espantapájaros en julio, el triunfo de la trufa negra en agosto y el festival de los frijoles en septiembre